Say something – Dí algo


Ese truco de menear los ojos intentando que las lágrimas no caigan no funciona demasiado, le dejo la maleta y corro hacia el servicio. Cierro la puerta y mi llanto contenido explota en silencio.
Es como parte de una película, pero me está sucediendo a mi; la fuerte, la que no llora, la que está acostumbrada a la distancia y la soledad. Pero ahí estoy, llorando en silencio, como si a alguien de los que ocupan ese aeropuerto le importase el sonido de mi dolor. Y Segundo 43 de este video, en mi mente, «Dí algo, que me estoy rindiendo». Pero nadie puede decir nada porque sigo encerrada en ese aseo buscando la soledad que no deseo.
Cuando mi corazón palpita más rítmicamente, salgo, y mi reflejo en el espejo solo se define con una palabra: pena.
Cruzar otra vez las nubes para seguir con mi destino está costando más que nunca. ¿Cómo saber dónde está mi límite?
Dos Soles y dos Lunas me bastan para escuchar las palabras de quien me acompaña en esta etapa de mi vida, y volver a reenganchar la ilusión.
Efectivamente, no era mi límite. Otra vez me vuelvo a sorprender de lo que soy capaz.

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