Say something – Dí algo

Ese truco de menear los ojos intentando que las lágrimas no caigan no funciona demasiado, le dejo la maleta y corro hacia el servicio. Cierro la puerta y mi llanto contenido explota en silencio.
Es como parte de una película, pero me está sucediendo a mi; la fuerte, la que no llora, la que está acostumbrada a la distancia y la soledad. Pero ahí estoy, llorando en silencio, como si a alguien de los que ocupan ese aeropuerto le importase el sonido de mi dolor. Y Segundo 43 de este video, en mi mente, «Dí algo, que me estoy rindiendo». Pero nadie puede decir nada porque sigo encerrada en ese aseo buscando la soledad que no deseo.
Cuando mi corazón palpita más rítmicamente, salgo, y mi reflejo en el espejo solo se define con una palabra: pena.
Cruzar otra vez las nubes para seguir con mi destino está costando más que nunca. ¿Cómo saber dónde está mi límite?
Dos Soles y dos Lunas me bastan para escuchar las palabras de quien me acompaña en esta etapa de mi vida, y volver a reenganchar la ilusión.
Efectivamente, no era mi límite. Otra vez me vuelvo a sorprender de lo que soy capaz.

Papá.

Porque lo que nos enseñan los pilares de nuestra vida es lo que nos forja como personas.

Dedicado a Pepe Soriano, una estrella que brilla en el cielo.

Dos equivocaciones, dos disculpas.

Perdón por el fanatismo loco y cerrado, que me hace ser como aquel que critico. Supongo que todos tenemos ese día en que hubiese sido mejor mordernos la lengua cuando soltamos veneno a quien menos lo merece.

Busco el modo de protección de la manera mas salvaje en mi interior, quizá el instinto fue demasiado agresivo.

No pude contener un odio a lo que te daña y te puede dañar. Mi trabajo termina en tu desahogo y el hacerte recordar que estoy aquí.

No suelo decirlo a menudo, pero ….   lo siento.

Tierra firme rodeada completamente de agua.

Si palpitaba mi interior cuando pensaba en aquella isla, de la que tan poco sabía; ahora sigo escuchando ese «yo» que me habla con frases sueltas, que intento crear un puzzle, pero faltan piezas..

«Esmeralda» me deparaba lo que tantos años estaba guardando para mi.

Me sigue hablando, y siempre repite alugnas cosas durante años, tampoco sé mucho de «Kiwi» pero suena como hizo en su día «Esmeralda».

Porque el 29 era demasiado extraño para «ser» y tras la confusión sale a la luz el «26» y todo parece tener sentido: la flor, su lugar de procedencia… todas las piezas van apareciendo.

El placer de jugar sin temor a perder al parecer sólo se hace prensente en ese sentido y me lleno de orgullo en el mejor sentido de la palabra.

Siempre fuiste la «princesa de saladas», el mar fué tu reclamo, la isla tu hogar y la mar el lugar donde alcanzas la paz y te vuelves a encontrar.

Espacio-tiempo

No planes, no horarios, no teléfonos.

Pasamos los días haciendo nada y nos falta tiempo.

Mi muñeca no entiende de relojes.

Porque el simple hecho de oler tu presencia ,cuando carezco de olfato, mientras duermo es todo.

Lo más simple puede ser lo más maravilloso.

Y quiero desperdiciar mi vida contigo, desperdiciar los amaneceres y cuando los soles caen, porque quizá mañana todo cambie, nunca sabes; y desperdiciar mi todo contigo sería una buena inversión de vida.

El volverse niño y ver todo tan grande… cegada, porque no tengo escapatoria, porque no hay opción y me encanta esta estúpida inocencia  que fue interrumpida, pero donde hubo siempre queda y ahora me quedo contigo…