90 días.

Noventa días son los que dícen los expertos que tardaremos en conocernos.
Mientras tanto aguardo tu llegada, ajustando otro ritmo de vida, pensando en tí. He cambiado los dulces por zanahorias, las caminatas largas por horas de cama y cocacolas por agua embotellada.
Sé que así, te protejo, en esta extraña conexión más propia de un milagro.
Tengo ganas de verte, de ver tu orejas y tu nariz. Imagino que tu boca será de fresa, cual princesa, de eso no hay duda. Sé lo vulnerable que serás y voy a clases para aprender de ti.
Escucho canciones, sé que algún día bailaremos tanto que agotaremos el aire y las fuerzas.
Ya están muchos de los preparativos listos para cuando vengas. No sólo yo te estoy esperando.
No importan noventa días, ven cuando estés preparada, nunca la espera habrá valido tanto la pena.
La espera más dulce. Se te quiere tanto y tan siquiera te he visto nunca.

Segundo Capítulo

Cansada de repetir un supuesto presente con un pasado inexistente. Totalmente exausta de un «no tuve la oportunidad» o «si las cosas fueran mejor». ¿Mejor? ¿Qué sinceramente estaría pasando? No tendría la libertad de elegir, de explorar con mente y cuerpo sitios que jamás pensé. Seguramente todo ya estaría planificado y seguiría repitiendo para convencerme que seguía sin las oportunidades o yo que sé.

Es hora de sentirme satisfecha, estoy creciendo en el mejor de los sentidos.

Aprovecho este día de Sol como jamás lo hice antes, mi mente dá vueltas y apuesta, mis manos siguen mis pensamientos y plasmo fisicamente aquello que está en mi cabeza.

No tengo nada que perder; Isla Esmeralda ya me ha dado la primera lección, porque ya la he entendido. Ahora continúo, creo que estoy en el capítulo dos, y al igual que en la primera parte, llena de positividad, energía y comíendome el mundo.

¿Cuántos capítulos tendrá este libro? No lo sé, ni tampoco intento averiguarlo.

Post número docientos.

Hoy una casualidad del destino me hizo leer acerca de un filólofo alemán llamado Friedrich Nietzsche.

Al leer una frase suya, investigé sobre él, y parece que he encontrado que ha sido una persona interesante: músico, poeta y filólogo. Y algo que me resulta peculiar que este hombre es que fuese contradictorio en sus ideas y pensamientos, pero ¿y quién no?.

Aquí dejo la perla que me cautivó esta mañana:

“Aquéllos que eran vistos bailando, eran considerados locos por quienes no podían escuchar la música”

Lo cumplimos.

Mirando fotos vuelven a mi las miles de frases, risas y tonterías varias que estaban sucediendo.

Lo dijimos y lo hicimos.

Sólo tú, yo … y la push.

Sólo necesito el sitio perfecto con la compañía perfecta para tener mi merecido relax por unos días. No se busca, viene solo, como todo lo bueno…

Y la afonía hace presencia para no dejarnos en mal lugar y las conversaciones con un alma dormida retornan y reímos al recordar.

-Esto es perfecto.

-¿Y sabes lo mejor de todo?

-Dime.

– Que lo sabemos.

En cualquier parte del mundo, sea como sea nuestra vida en ese momento, sabemos que estaremos en La Push unos días de verano…

PD: Te quiero my little.

Volviendo al paraíso

Golpetea en mi cara este viento. Voy en camino.

Saltar las nubes y dejarme caer.

Cierro los ojos. Pronto los poros de mi piel dejarán de funcionar.

Porque es mi adicción. Porque soy la suya.

Marco mi piel con las letras de tu nombre.

Vuelvo a descubrir lo que ya encontré sin buscar.

Tengo tanto que decir que estoy callada.

El tiempo es infinito para nosotros.

Dos planetas en una pompa de jabón.

Dos

Cisnes y sangre.

¿Si me araño la espalda hasta sangrar es porque me van a salir alas?

¿Si mis dedos sangran significa que tengo que persistir hasta reventarlos?

¿La perfección para lograr un sueño nos hace felices?

Paranoia psicológica mezclada con obsesión a la danza. Curiosa combinación.

La historia cuenta como una mujer se convierte en un cisne blanco. Para ello le crecen alas… pero no es su libertad, quiere volver a ser mujer y pasa a ser antes un cisne negro.

Sigo pensando en mi espalda, en esas alas, en las fobias y esa manera de bailar.

PD: Gracias por enseñarme otra vez más otro estilo y ampliar mi visión cinéfila.

Ahora me gustaría decir…

 

Tengo tanto en mi vida que me hace tan feliz.

Me siento tan afortunada…

Observo mi alrededor y veo el mar cada día, gotas de lluvia recorren mi cuerpo casi a diario, sonrisas de niños me arrancan sonrisas y el amor inunda mi ser.

-Soy tan feliz… no puedo pedir más en esta vida, aunque nunca dejaré de luchar por subir escalones, pero … estoy tan plena.

-Lo veo en tus ojos. Transmites todo lo que llevas dentro.

-Ahora me  gustaría decir que tengo las dos cosas que no se pueden pagar con dinero: el amor y la salud. (sonrío… porque el sarcasmo siempre ayuda) Pero no importa, puedo con todo, ya verás.

-Eres de las personas más fuertes que he conocido nunca. Todo va a ir bien.

Y me abraza y me siento una niña pequeña arropada en unos brazos grandes y fuertes, segura; los relojes se paran y te creo. Todo va a ir bien.

Y algún día, algunos de los sueños se cumplirán, y tocaré esta pieza y viviré cada nota pensando que habré realizado algo que siempre tuve en mente.

Los límites los pone tu mente… sigue las pistas y encontrarás el camino…

 

Escuchar llover…

A veces noto como cae caliente y no cubro mi pelo.

Fusión con la naturaleza.

Relax…solamente disfrutando lo que la vida nos brinda…

Hoy me he levantado gamberra.

Abro los ojos. 09.10 am. Que le den al mundo. Sigo durmiendo. Abro un ojo porque he pensado algo: vaso de leche y a la cama con mas satisfacción. Escucho el móvil. Es el despertador. 11.10 am. Busco en el armario mi chandal gris de Foot Locker. Me miro en el espejo. Me recojo los rizos bien alto. Cara despejada. Café rápido. A la calle. Buenos días chicos de la obra, soy yo la vecina, ¿no os habíais dado cuenta?. Cuando paso por ese callejón lleno de pintadas me viene una frase a la mente. Busco las cámaras de seguridad. ¡Pero que gamberra me he levantado hoy! Plan del día: hacer un pastel y comérmelo. ¿El resto de las horas?. No quiero pensar hoy. Los niños en el parque me miran distinto. Me encanta levantarme gamberra. ¿Y mañana? No lo sé, llevo en mi alma una actriz…