90 días.

Noventa días son los que dícen los expertos que tardaremos en conocernos.
Mientras tanto aguardo tu llegada, ajustando otro ritmo de vida, pensando en tí. He cambiado los dulces por zanahorias, las caminatas largas por horas de cama y cocacolas por agua embotellada.
Sé que así, te protejo, en esta extraña conexión más propia de un milagro.
Tengo ganas de verte, de ver tu orejas y tu nariz. Imagino que tu boca será de fresa, cual princesa, de eso no hay duda. Sé lo vulnerable que serás y voy a clases para aprender de ti.
Escucho canciones, sé que algún día bailaremos tanto que agotaremos el aire y las fuerzas.
Ya están muchos de los preparativos listos para cuando vengas. No sólo yo te estoy esperando.
No importan noventa días, ven cuando estés preparada, nunca la espera habrá valido tanto la pena.
La espera más dulce. Se te quiere tanto y tan siquiera te he visto nunca.

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A veces te recuerdo.

Ahora que ya sé muchas de tus mentiras, callo y prefiero el silencio. Sé que es batalla perdida. Te pongo lejos y bebo manzanilla caliente pensando en el regalo que llevo dentro.
A veces te recuerdo, en los pequeños gestos, esos que sí eras tú, en los que salía ese amor que venía de otra vida y se encontró en esta. Pero cuando tu consciente volvía, yo ingenua, no imaginaba la realidad en la que me atrapaste.
Aprendí de tí. Sé que tú también de mí. Sé que me quisiste como a nadie en este mundo. Me enseñaste que se puede ser correspondida aunque no signifique tener un final feliz. Sin proponértelo me hiciste la mujer más afortunada del mundo. No vuelvas. Gracias.

Say something – Dí algo

Ese truco de menear los ojos intentando que las lágrimas no caigan no funciona demasiado, le dejo la maleta y corro hacia el servicio. Cierro la puerta y mi llanto contenido explota en silencio.
Es como parte de una película, pero me está sucediendo a mi; la fuerte, la que no llora, la que está acostumbrada a la distancia y la soledad. Pero ahí estoy, llorando en silencio, como si a alguien de los que ocupan ese aeropuerto le importase el sonido de mi dolor. Y Segundo 43 de este video, en mi mente, «Dí algo, que me estoy rindiendo». Pero nadie puede decir nada porque sigo encerrada en ese aseo buscando la soledad que no deseo.
Cuando mi corazón palpita más rítmicamente, salgo, y mi reflejo en el espejo solo se define con una palabra: pena.
Cruzar otra vez las nubes para seguir con mi destino está costando más que nunca. ¿Cómo saber dónde está mi límite?
Dos Soles y dos Lunas me bastan para escuchar las palabras de quien me acompaña en esta etapa de mi vida, y volver a reenganchar la ilusión.
Efectivamente, no era mi límite. Otra vez me vuelvo a sorprender de lo que soy capaz.

Ecuación imperfecta.

ecuaciónCuando miraste hacia abajo y dijiste «Eres lo mejor que ha pasado en mi vida«, y no venían de tu cabeza esas palabras, salían directamente de tu corazón…En ese momento se sabe, que somos tú y yo.
Ni cincuentas-cincuentas, ni cuarentas-sesentas. El amor es la mas bella ecuación imperfecta jamás creada.

La banda sonora de mi día suena asi.

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>Stop. Inspiro. Son las 18.17 y por supuesto no espero ver la Luna. Estamos en la época de los dos soles. Voy a olvidar esta semana. Mañana será calmado, usaré sandalias y el césped me hará cosquillas en los pies.

Volví a pintar mis uñas en rosa. Ya no tengo prisa, y esos 8 huesos de la muñeca los aprenderé esta noche.

Mi mesa necesita una limpieza, llena de letras, suspiros y miradas al infinito. Si pierdo la concentración y el cuerpo me pide Sal. Será que el Mediterráneo me reclama.

La princesa se siente Julia.

princesa de lágrimas saladas llorando Sus oídos están cansados de escuchar historias tristes, escuchar que moldeó el destino y tiene joyas.

Y sí, aquí sigue la princesa de lágrimas saladas, pero más  cerca de un río, el cuál el cauce no le recuerda a la mar. Y esta  princesa necesita playas, porque es libre, necesita mirar al infinito y respirar.

Porque hoy leyó la letra de una canción ya vieja, y lloró en silencio, sintiéndose Julia. Una de tantas… Porque la princesa de lágrimas saladas, sabe dónde está su reino, ahora destruido y  más lágrimas caen por sus mejillas.

Sienténdose exiliada no puede dejar de añorar su mar.

Ella sabe que algún día volverá.

 

 

Tú no puedes volver atrás,

porque la vida ya te empuja,

como un aullido interminable,

interminable.

Te sentiras acorralada,

te sentirás, perdida o sola,

tal vez querrás no haber nacido,

no haber nacido.

Pero tú siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en tí, pensando en tí,

como ahora pienso.

La vida es bella ya verás,

como a pesar de los pesares,

tendrás amigos, tendrás amor,

tendrás amigos.

Un hombre solo, una mujer,

así tomados, de uno en uno,

son como polvo, no son nada,

no son nada.

Entonces siempre acuérdate,

de lo que un día yo escribí,

pensando en tí, pensando en tí,

como ahora pienso.

Nunca te entregues, ni te apartes,

junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo,

y aquí me quedo.

Otros esperan que resistas,

que les ayude tu alegria,

que les ayude tu canción,

entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí,

pensando en tí,pensando en tí,

como ahora pienso.

La vida es bella ya verás,

como a pesar de los pesares,

tendrás amigos, tendrás amor,

tendrás amigos.

No sé decirte nada más,

pero tú debes comprender,

que yo aún estoy

en el camino, en el camino.

Pero tú siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí,

pensando en  tí, pensando en tí,

como ahora pienso.

Segundo Capítulo

Cansada de repetir un supuesto presente con un pasado inexistente. Totalmente exausta de un «no tuve la oportunidad» o «si las cosas fueran mejor». ¿Mejor? ¿Qué sinceramente estaría pasando? No tendría la libertad de elegir, de explorar con mente y cuerpo sitios que jamás pensé. Seguramente todo ya estaría planificado y seguiría repitiendo para convencerme que seguía sin las oportunidades o yo que sé.

Es hora de sentirme satisfecha, estoy creciendo en el mejor de los sentidos.

Aprovecho este día de Sol como jamás lo hice antes, mi mente dá vueltas y apuesta, mis manos cielosiguen mis pensamientos y plasmo fisicamente aquello que está en mi cabeza.

No tengo nada que perder; Isla Esmeralda ya me ha dado la primera lección, porque ya la he entendido. Ahora continúo, creo que estoy en el capítulo dos, y al igual que en la primera parte, llena de positividad, energía y comíendome el mundo.

¿Cuántos capítulos tendrá este libro? No lo sé, ni tampoco intento averiguarlo.

Supervivencia.

Quisiera decirte que no eres de muy buenas condiciones. Si, voy a empezar con las reclamaciones, no quiero que pienses que me das alegrías.

Unas cuantas veces he visto la oscuridad pero parece que no son suficientes.¿Me dejas descansar una temporada? No lo digo sólo por mi, repercutes en mi alrededor.

También quiero decirte que por más noticias que me mandes, sigo sin miedo. Creo que ni siquiera nunca lo tuve. No sé porqué te empeñas en seguir este camino.

Imagen

Cada día miro si hay carta para mí.

He cruzado ya muchas, algunas hasta dobles. Esta será nueva, con nombre más tenebroso, pero sé que lo contaré como otra anécdota, como siempre termina todo.

Estoy preparada. 

Al final será que en realidad soy más fuerte de lo que siempre pensé.